Por Yanelis Martínez González
Foto: Pablo Galafat
La buena música siempre es bienvenida. Por eso, la Sala de
Conciertos del Conservatorio de Música José María Ochoa abrió sus
puertas al guitarrista concertista Ramsés Calderón, de El Salvador.
El joven músico refirió estar muy contento por asistir a esta vigésima edición de las Romerías de Mayo y, tras agradecer a los que hicieron posible su estancia en la capital del arte joven, donó a la institución cuerdas y partituras para guitarras, de obras pertenecientes a compositores salvadoreños.
Después de 11 años sin ejecutar, no quiso permanecer solo ante el auditorio, por lo que en ciertos momentos se hizo acompañar de alumnos del conservatorio. Intercambió también sobre el trabajo de investigación musical que realiza.
Como respuesta a una de las interrogantes formuladas, se refirió a la música pre-hispana y a la necesidad de rescatarla. Para ello es preciso renovar en el pueblo el sentido de pertenencia, pues la mayoría son descendientes directos de estas culturas antiguas, y de la satisfacción que le proporcionaría abordar los lazos existentes entre Cuba-Guatemala-El Salvador.
Ramsés calificó el encuentro como inspirador y emotivo y confesó estar emocionado por ver tanto talento, tanta capacidad y apoyo al arte, como no sucede en otras tierras. Considera que espacios como este son semilleros donde se forman los nuevos árboles de las artes, por lo que representa un ejemplo para el mundo.
El joven músico refirió estar muy contento por asistir a esta vigésima edición de las Romerías de Mayo y, tras agradecer a los que hicieron posible su estancia en la capital del arte joven, donó a la institución cuerdas y partituras para guitarras, de obras pertenecientes a compositores salvadoreños.
Después de 11 años sin ejecutar, no quiso permanecer solo ante el auditorio, por lo que en ciertos momentos se hizo acompañar de alumnos del conservatorio. Intercambió también sobre el trabajo de investigación musical que realiza.
Como respuesta a una de las interrogantes formuladas, se refirió a la música pre-hispana y a la necesidad de rescatarla. Para ello es preciso renovar en el pueblo el sentido de pertenencia, pues la mayoría son descendientes directos de estas culturas antiguas, y de la satisfacción que le proporcionaría abordar los lazos existentes entre Cuba-Guatemala-El Salvador.
Ramsés calificó el encuentro como inspirador y emotivo y confesó estar emocionado por ver tanto talento, tanta capacidad y apoyo al arte, como no sucede en otras tierras. Considera que espacios como este son semilleros donde se forman los nuevos árboles de las artes, por lo que representa un ejemplo para el mundo.
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