miércoles, 19 de mayo de 2010

La Trova camina sola

Por Natacha Reyes Escobar

Pasar por el portal es suficiente para sentir un deseo irresistible de entrar. Si lo hace, verá, en un modesto escenario de campanillas moradas, un hombre con una guitarra, una mujer cantando, dos muchachos tocando flautas y una sentada en un cajón, al que le sacaba una música como de tambores. Y es que cada tarde de “Romerías”, la Casa de la Trova Faustino Oramas es uno de los lugares escogidos para descargar.

La Ciudad cubana de los Parques ha ganado muchísimo en calidad y cantidad de trovadores, y esto ha influido muchísimo en la eficacia del evento. Porque la verdad es, que en esta ocasión, la representación de otras regiones del país ha sido escasa. Y el intercambio con foráneos, nulo.

“La trova es una sola" –afirma Fernando Cabreja-. “Pero lo que más me hubiera gustado en estas Romerías, es compartir con colegas de toda la Isla y de otros países, ¿por qué no?, pero aquí, en la Casa de la Trova, nuestra casa”.

Con “1,2,3… trovando” –peña de Alito Abad–, y “Alta Marea”, de Cabreja, la justificación no importa. La casa del Juglar Mayor holguinero, durante esta semana celebró a puertas abiertas la Fiesta del Arte Joven. Quizá por eso de que “No hay hoy sin ayer’’, o sencillamente, porque somos cubanos, y la tradición musical nos corre por las venas.

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