martes, 18 de mayo de 2010

Voces de la libertad

Por Yordanis Ricardo Pupo

Las voces de estas mujeres tienen el sabor de los movimientos sociales de los años sesenta. Sus caras, sus pieles, y hasta sus movimientos parecen sacados de una postal de aquella época. Hablan y cantan en inglés, y aunque provienen de países diferentes, las une un mismo compromiso: la necesidad de expresar, a través de la música, sus carencias y sueños. Dicen llamarse Faith Nolan y las cantantes de la libertad (Cupe Freedom Singers).

Con este mensaje de paz han llegado a las Romerías de Mayo en Holguín, y no se han estado quietas, conociendo a nuestros trabajadores, intercambiando con estudiantes y jóvenes artistas, exponiendo sus experiencias en el congreso Memoria Nuestra…

Una de estas tardes llegaron al Centro de Comunicación Cultural La Luz, en la Plaza de la Marqueta, donde la prensa esperaba por conocer a estas mujeres –y un hombre-, que cantan a la libertad.

Resulta difícil creer que persista la necesidad de usar la cultura para reclamar derechos civiles, o un trato humano para los trabajadores. Sin embargo, la realidad es mucho más cruel que la que vemos en los periódicos y noticiarios; ellas representan y defienden, con su arte, al sector más pobre de la sociedad canadiense.

Son maestras, enfermeras, asistentes sociales… que han emigrado a Canadá desde pequeñas islas del Caribe o países africanos, en fin, empleadas públicas asociadas al CUPE, un sindicato con más de 600 mil miembros en todo el país.

Durante el encuentro estuvieron calladas. Una habló del grupo, de su formación hace dos años (en homenaje a otras Cantantes de los sesenta en Estados Unidos), de sus motivaciones para visitar Cuba… y las otras “sisters” (hermanas) nos miraban asustadas, hasta el momento en que pedimos escuchar algo de lo que interpretan. Entonces se pararon, enérgicas, y allí, en nuestra pequeña salita revelaron la causa de su lucha: I fight for my rights to be free (yo lucho por mi derecho a ser libre).

La música la aprenden de su líder, la cantante, compositora y activista social Faith Nolan, una carismática dama que toca la guitarra y constantemente las impulsa a no quedarse calladas… En algún momento, alguien reproduce un compacto traído por ellas, y otra vez comienzan a cantar, así tan natural como si su directora hubiese levantado la batuta.

En la despedida, las invitan al Centro de Arte, y cual flautistas de Hamelín, todos las seguimos hasta la esquina cercana, donde rodeado de las fotos e instalaciones de Rablaci, continuamos disfrutando de esas voces, que aunque parecen sacadas de aquellos álbumes de los sesenta, son tan actuales como el canto de libertad que proponen.

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