¿Qué significación tienen las Romerías de Mayo?
-La verdad es que tenemos muy buenas experiencias con el público holguinero y con esta provincia. Como músicos, estuvimos en las Romerías en el año 2000. Ese mayo fue muy importante. Las Romerías, definitivamente, son un evento extraordinario. En aquel momento, para nosotros fue un descubrimiento pues no sabíamos que existía algo de esta magnitud. Tuvimos muchas experiencias de todo tipo, pero desde el punto de vista creativo, fue sumamente importante.
Aquí se sentaron las bases de lo que más tarde fue el disco Déjame entrar. Aquí fue nuestra prueba de fuego con el público, después de una etapa de trabajo más enfocada en el mundo de la trova y en la canción de pensamiento. Fue donde primera vez empezamos a ganar una especie de respeto. La primera vez que la crítica especializada comenzó a hablar de nosotros con tino, con cierto cariño. Se percataron que estaban ante el embrión de un trabajo mucho más serio. Profesionalmente, fueron las Romerías de Mayo las que marcaron en nosotros un antes y un después.
Sobre el concierto en el Suñol, ¿cuál fue la idea dominante?
-La idea del concierto fue llevarle al público buena parte de la obra que está contenida en Dial, que es nuestro más reciente disco, y que presentamos los días 8, 9 y 10 de febrero, en el Karl Marx. Un concierto realmente excelente que pudimos dar allí. Fue la plataforma de lanzamiento del disco, pero no quisimos dejar pasar la oportunidad y en cuanto nos hicieron el primer guiño aprovechamos la ocasión de estrenarlo aquí.
¿Qué puedes decirnos de Dial?
-Dial es un disco que intenta reverenciar el arte de escuchar. En un tiempo en que la música y las artes, en sentido general, tienen mucho de video clip, de audiovisual. Además, con esto de las nuevas tecnologías, la gente ha dejado de escuchar los discos. Escuchan parte de un disco o preseleccionan un tema determinado, que los medios casi siempre te imponen, y se hacen casi homogéneamente su propia lista de canciones. El disco, como muestra del alma de un artista, no tiene la vida que tuvo en décadas anteriores. Esto es innegable e inevitable por el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Entonces, lo que intentamos es hacer una alianza entre las estéticas casi en decadencia del disco y la radio, que además en Cuba está cumpliendo 90 años, y hacer un disco que bebiera casi artesanalmente de esa tradición auditiva, de ese espectáculo para el oído que son ambos.
Y así, Dial es una suerte de homenaje a la radio cubana. La dramaturgia casi radial es una especie de hilo conductor, culturalmente, para ir enlazando cada una de las canciones que, a la corta y a la larga, son crónicas de nuestra vida diaria porque es lo que sabemos y nos encanta hacer.
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