La actividad presidida por Jorge Cuevas Ramos, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Holguín, entre otros dirigentes del PCC, gobierno y deportes, tuvo una motivación adicional que le confirió al encuentro el calificativo de memorable.
Glorias y figuras relevantes del boxeo en Cuba acompañaron a Sagarra. Ellos son Rolando Garbey, primer medallista olímpico de este deporte en la Mayor de las Antillas, Armandito Martínez, púgil que alcanzó todos los títulos oficiales internacionales, Félix Savón, tricampeón olímpico y siete veces monarca del mundo, Mario Kindelán, bicampeón olímpico y tres veces medallista dorado en citas del orbe.
Segarra habló sobre la figura de Teófilo Stevenson. Foto: @lejoEl homenaje a Teófilo Stevenson estuvo activado en todo momento, recibido con visible emoción por Franleidis Arias, viuda del tricampeón olímpico y mundial, y su hijo Daniel Alejandro, presentes en La Periquera, invitados junto a las estrellas mencionadas, a las Romerías de Mayo, en su XX edición.
Ante un auditorio ávido de escuchar al profesor Alcides Sagarra, disfrutamos inicialmente de un documental titulado Escuela Cubana del boxeo y a continuación se produjo la conferencia que motivó un rico intercambio entre el afamado especialista y sus discípulos de antaño.
Un agradable sabor dejó en todos la intervención del profesor porque no hubo espacio para el tedio. Su afirmación de que ahora el boxeo cubano avanza hacia la consolidación del trabajo desde la base, con la suprema aspiración de lograr tener en el 2024 un púgil con cuatro títulos olímpicos, generó elogiosos comentarios.
Cuevas Ramos, le sugirió a Sagarra evocar el Campeonato Mundial en Estados Unidos, en el que Cuba decidió abandonar la competencia ante las injusticias que se cometieron con los boxeadores cubanos.
Sagarra con el gracejo auténticamente cubano que lo caracteriza hilvanó los recuerdos con una coherencia que provocó cerradas ovaciones. Instantes inolvidables fue el exquisito intercambio con Mario Kindelán y Rolando Garbey.
Al final declaraciones para la prensa en las que afirmó sentirse en Holguín como en su propia casa, fotos, autógrafos y lo más importante, el eterno agradecimiento a este hombre, pedagogo de todos los tiempos, que a través de su impronta ratifica el aforismo del Héroe Nacional de Cuba, José Martí: “La grandeza en la sencillez”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario