miércoles, 16 de mayo de 2012
Romerías de Mayo en Holguín: poetas a la cerveza
Tomado de www.espaciolibrecuba.wordpress.com
Este post debía hablar de las Romerías de mayo, que desde el día 2
inundan la ciudad de Holguín; sin embargo, el trabajo y la ubicación
geográfica de mi vivienda conspiran contra mi secreto espíritu romero.
Ofrezco disculpas entonces por no poder contar de primera mano sobre las
exposiciones fotográficas y las muestras de diferentes manifestaciones
de las artes plásticas o de la música diversa que llega con los ritmos y
melodías de las más disímiles partes del mundo.
Tampoco tengo detalles
sobre el teatro o la danza en espacios públicos, la artesanía y la
literatura; por lo que mejor los remito a lo que han escrito algunos
periodistas de por acá, que sí han participado de esta gran fiesta del
arte joven que celebra la Asociación Hermanos Saíz, cada año en esta región de Cuba.
Y aunque yo no puedo dar fe de lo que pasa exactamente en cada lugar (me habría encantado estar en la conferencia del Reverendo Raúl Suárez en la inauguración del apartado investigativo y teórico de las Romerías: Memoria Nuestra);
sí puedo decirles que la ciudad es un hormiguero y tiene un aire
bohemio que invita a descubrir el amanecer abrazado a una guitarra en
uno de nuestros parques.
Parece como si Holguín se multiplicara, como si
cada habitante de la ciudad se desdoblara en 3 y se vistiera con los
más diversos colores. “Repartiendo amor y compartiendo culturas”, dice la canción tema de esta edición y justamente es lo que se respira en las calles.
Esa mezcla maravillosa es ineludible por estos días, incluso para
personas que como yo vivimos en barrios de la periferia. Ojalá que en el
futuro las artes viajaran más hacia vecindarios como el mío, para hacer
crecer la fiesta. Tengo hasta el día 8 para disfrutar de alguna de las
actividades del siempre cambiante programa y contarles, así es que les
pido a los seguidores del blog, un voto de confianza.
Ahhh, se me olvidaba. El título no está relacionado con un nuevo
platillo que estén promoviendo, es que lo único que he podido ver son
algunos recitales de poesía. Los hacen frente a mi trabajo, dentro de lo
que algún día será nuestra sala de conciertos, en la Plaza de la
Marqueta. El problema es que no los escucho bien: fuera de ese local
está instalado un dispenser para la venta de cerveza. Lo de menos es la
cerveza, el verdadero lío es la música.
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